Luz, Vida y Amor
María Antonieta Gorelick, MD
Está sujeta a pasar por un proceso de transformación evolutiva hasta que logra aprender las lecciones que la ayudaran a reunificarse con su Fuente Divina. Cada vez que reencarnamos, el Alma entra al cuerpo en el momento del nacimiento cuando tomamos nuestra primera inspiración. Entra al cuerpo físico junto con la Fuerza Vital de Vida. El Espíritu ya está presente desde el momento que la primera célula de vida se forma. El cuerpo físico mantenido por el Espíritu, es el templo en donde el Alma podrá evolucionar todo aspecto karmico que tenga que superar. Sabemos que en cada encarnación, de acuerdo a como usemos nuestro libre albedrio, nuestro Ego podrá evolucionar. Como dijimos antes, el Alma es perfecta y no necesita evolucionar. Solo aquellos aspectos influenciados por el uso del libre albedrio afectarán al Ego y se producirá lo que normalmente llamamos Karma. El Karma no es bueno ni malo. Es solo un aspecto del Ego que hay que evolucionar. Al hacerlo, elevamos nuestra vibración, logrando rendir el Ego al Alma. Mientras más vibramos en la frecuencia Divina de nuestra Alma o Presencia YO SOY o Maestro Interno, mayor es la posibilidad de Ascender nuestros niveles de Consciencia. Así se logra la tan anhelada “Iluminación” de los grandes Avatares o Maestros y logramos la reintegración total con nuestro Dios Creador.
Esperamos que se hayan aclarado estos conceptos tan ligados y unidos a todo Ser Humano y a la Creación Universal. Es importante entenderlos y aplicarlos en nuestro diario vivir, sabiendo que al hacerlo crecemos y nos nutrimos de esa Energía (NOUS) y junto a nuestra Alma evolucionamos en el AQUI y en el AHORA que es lo que conocemos.
El Alma es nuestra Chispa Divina, la Manifestación del Absoluto en cada uno de nosotros. Fuimos emanados por esta Seidad (el Creador o el Absoluto, también conocido como el “Sin Nombre” para los hebreos cabalísticos), en un mundo de Luz Infinita y Eterna. El Espíritu es parte de una Energía Etérica Cósmica que dará origen a todo lo que es materia en el Universo, tenga Alma o no. Junto a la Fuerza Vital de Vida constituye lo que conocemos como NOUS. Tanto el Espíritu como la Fuerza Vital de Vida se unen como dos Energías complementarias y dos aspectos de emanación del mundo Etérico o Energía Cósmica Divina. La Fuerza Vital de Vida junto con el Espíritu se unirán para crear toda materia en el Universo, incluyendo al cuerpo humano. En el mundo de la Creación o Manifestado, todo lo que existe en el Universo, contiene esta Esencia o Energía, pero no todo lo existente en el Universo tiene Alma. Partiendo de este concepto, podemos ver la relación entre todo lo creado, el Espíritu que lo mantiene y nutre materialmente y el Alma que lo mantiene espiritualmente y que necesita reencarnar para evolucionar. El Espíritu no necesita reencarnar para evolucionar. Sin embargo para que un cuerpo humano, una planta, un animal nazca y vivan necesitan de esta Esencia Divina para poder existir. Así el Espíritu y la Fuerza Vital de Vida sustentan al cuerpo para que el Alma reencarne en el al momento de nacer.
Vemos que el Alma es Manifestada por el Absoluto, La Seidad, el Creador en el mundo Eterno e Infinito y el Espíritu fue dado como un regalo de Dios en el momento de la Creación del Universo para sustentar su Creación con su Esencia y Energía Cósmica.
Ser Espiritual implica que reconozco el Sello y Esencia Divina en mí y en todo la Creación y debo de honrarlo y respetarlo indiferentemente de que tenga un Alma o no. Todo cuanto existe tiene Espíritu y este mantiene la creación en toda su manifestación y procesos evolutivos como materia.
Todos los Seres Humanos en algún momento de su vida se han preguntado sobre la relación entre el Espíritu y el Alma. Aclaremos algunos conceptos primero. En general la mayoría de las personas creen que el Espíritu y el Alma son lo mismo, intercambiables. Quizás esta confusión empezó hace mucho tiempo alimentada por diferentes religiones y sus conceptos dogmáticos.